Ecologismo alimenticio

20070410klpgeodes_11gesscoCastilla y León es una de las regiones del Estado que espera sentada a la reacción ecológica de la agricultura. Porque, nuestra comunidad autónoma, es la que posee menos superficie agraria dedicada a la agricultura ecológica. Un mísero 0,2% del suelo agrícola es ese patético número en el que se mueven los tractores que cuidan la labor ecológica en el campo, lo que constituye que esa pésima cosecha –en lo que a la cantidad se refiere- es la única sana que se puede ingerir. Ojo, no quier decir con esto que todo lo que comemos es mierda, ni mucho menos. Solo digo que estamos perdiendo una oportunidad excepcional para dejar meter en nuestro cuerpo productos químicos o aditivos. Porque, aunque ese producto sea más caro, es, evidentemente, 100% garante de nuestra salud alimenticia. La frase de mi madre y de todas, “con la comida no se juega”, se podía utilizar a la inversa, es decir, jugar con la comida para producirla aún más natural de lo que es. El Consejo Regional de Agricultura Ecológica, cuya sede se encuentra en Valladolid, no está precisamente contento por los bajos índices en las prácticas de esta agricultura, ya que no es difícil llevarla a cabo. Sí costosa, pero a la larga dará sus frutos –nunca mejor dicho- a los agricultores que la practiquen.

Frente a esta malas cifras, otras que fomentan un poco la esperanza. Se trata de la región de Andalucía, que dedica al cultivo ecológico un 11,3 % de sus tierras.

En Castilla y León pueden llegar a asustar las cifras en términos absolutos, justo al contrario como ocurre en relativos. 13.000 hectáreas de legumbres, tubérculos, frutas o verduras son la superficie el producto que se cultiva bajo la supervisión del Consejo Regulador, que inició su andadura allá por el año 1995. Sinceramente, con 13 años de historia me parecen unos resultados paupérrimos.

Lo que me llego a preguntar es si interesa este tipo de cultivos. El ecologismo se confunde con gentes incapaces de estar de acuerdo en algo, pero no tiene nada que ver. Los ecologistas son las únicas personas que realmente se han dado cuenta de que el suelo que pisamos y el olor a naturaleza que percibimos es lo que nos da la vida y que la química mal utilizada es la que está provocando la degradación de la calidad de vida y cómo no, de los alimentos.

Dejemos de fomentar la usura del mínimo coste y calidad pésima para el máximo beneficio y apostemos por el ser humano. Yo, como ejemplar de ellos, quiero sobrevivir y muchos expertos no lo pintan muy bien.

Published in: on diciembre 6, 2008 at 4:59 pm  Deja un comentario  
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